miércoles, 16 de abril de 2014

Otros tiempos…

In memoriam  Alvaro Jiménez Ondarza

Eran otros tiempos, tiempos de poesía, de bohemia, de tertulias y cosas mejores, tiempos de leer todo el día, medicina, cirugía, ginecología, pediatría y aburridamente medicina social, de la plazuela sucre con fotocopias a la luz de la luna, del hospital viedma, el gastro, el belga, la caja, el albina patiño,  de amigo/as, novio/as, amantes, nos amábamos todos, de deporte los fines de semana, de bailes sanos, insanos, prohibidos, de urkupiña con nuestras rocas en el cerro y deseos imposibles,  del corso de corsos, de taquiña en el palco, de seguir a las comparsas con bastantes cervezas de mas, con lluvia, talco, serpentina, globasos y lo que venga, de tucumanas, de salteñas, de empanadas y si eran de 2 pesos mucho mejor, del triángulo, del urkupiña (la chicheria) mausoleos de penas y glorias.

Eran tiempos de jugártela por el tristerman -el aurora seguía en segunda-, del silpancho, del pique a lo macho -aunque igual era una delicia si era hembra-, del tranca pecho  en madrugada cuando ya habias gastado tus últimos pesos en algo más barato que la cerveza pero con más grados del néctar etílico, de las fiestas en los departamentos -de los brasileros eran el cielo-, en la cabaña san simón -las derecho y contabilidad eras de las mejores-, en la planchitas originales, en el filmaxin, en el metrópolis, en los molles y antros peores del camino a quillacollo, tiempos de jade, H30, octavia, sombras, grupo 1, los tigres, amaru, kjarkas siempre y tantos otros grupos que alimentan la movida cochala por esos dias, del singani sazonado con versos prohibidos y musas encandiladas con crepúsculo.

Eran tiempos de buenos amigos, de esos que tenían esa magia de ser respetado y querido por el profesor, el residente, el interno, el alumno y cuanta chica guapa había alrededor, de saber estudiar durísimo, nunca reprobar y pasarla bien el fin de semana, de recomendarte el libro, la fotocopia indicada para el examen o alentarte cuando no aprobabas el mismo, de leer apasionadamente farreras, robbins lo mismo que benedetti o sáenz, de escribir  fríamente las complicadas historias clínicas, como calenturientos versos o relatos nocturnos festejados gozosamente por todos. Eran tiempos de Alvarito Jiménez Ondarza uno de los más grandes amigo/poeta/colega ídolo total de la promoción 2003, esos tiempos que quedaran guardados en el corazón de todos tus amigo/as hasta volvernos a encontrar, para vivirlos y festejarlos otra vez… Hasta siempre compadre¡¡¡

Hyo 02 de marzo del 2014
Luis Guerra Montero