In memoriam Alvaro Jiménez Ondarza
Eran tiempos de jugártela por el tristerman -el aurora seguía en segunda-, del silpancho, del pique a lo macho -aunque igual era una delicia si era hembra-, del tranca pecho en madrugada cuando ya habias gastado tus últimos pesos en algo más barato que la cerveza pero con más grados del néctar etílico, de las fiestas en los departamentos -de los brasileros eran el cielo-, en la cabaña san simón -las derecho y contabilidad eras de las mejores-, en la planchitas originales, en el filmaxin, en el metrópolis, en los molles y antros peores del camino a quillacollo, tiempos de jade, H30, octavia, sombras, grupo 1, los tigres, amaru, kjarkas siempre y tantos otros grupos que alimentan la movida cochala por esos dias, del singani sazonado con versos prohibidos y musas encandiladas con crepúsculo.
Eran tiempos de buenos amigos, de esos que tenían esa magia de ser respetado y querido por el profesor, el residente, el interno, el alumno y cuanta chica guapa había alrededor, de saber estudiar durísimo, nunca reprobar y pasarla bien el fin de semana, de recomendarte el libro, la fotocopia indicada para el examen o alentarte cuando no aprobabas el mismo, de leer apasionadamente farreras, robbins lo mismo que benedetti o sáenz, de escribir fríamente las complicadas historias clínicas, como calenturientos versos o relatos nocturnos festejados gozosamente por todos. Eran tiempos de Alvarito Jiménez Ondarza uno de los más grandes amigo/poeta/colega ídolo total de la promoción 2003, esos tiempos que quedaran guardados en el corazón de todos tus amigo/as hasta volvernos a encontrar, para vivirlos y festejarlos otra vez… Hasta siempre compadre¡¡¡
Luis Guerra Montero