Esperaba ansioso la hora de salida como tantos otros soldados
sentimentales, todos en silencio, ansiosos pero sobre todo puntuales con alguna
tarjeta o ramo de flores soñando con tu sonrisa, tu ojos y muchos besos -mejillas/labios-
daba igual y confundidos entre tanta
gente nos encontrábamos, a veces no decíamos
nada solo reíamos y avanzábamos lentamente cruzando parques, calles, rieles empapados
en suspiros o gotas de lluvia, otras veces tentabas enseñarme tu idioma que
hasta ahora lo leo y hablo masticado igual te repetía my love forever a cada semáforo y tu recriminabas llamándome silly lucho en luz amarilla. Aprendimos
que para enamorarse no importaban las notas bajas o altas en clase, los estúpidos
grupos sociales, vivir al lado o a 9 kilómetros, aprendimos a soñar mirándonos fijamente, con
cada caricia prohibida, con cada latido extremo, siempre hasta antes de la
media noche cuando llegaba tu madre y yo
tal cual ceniciento estaba a media cuadra escondido o camino a casa a un
castigo seguro. Nunca nos importó ser the
bad on the film por detestar los
convencionalismos, por no seguir la norma del “debe ser así” de ser la más guapa en aula y
yo no existir en las fiestas adolescentes, del que a fin de año te ibas al
extranjero y yo a la capital igual el presente solo pintaba ilusión y felicidad
con pizcas de locura asociadas a promesas eternas, matrimonio e hijos y algún título
universitario que jamás cumplimos que eternamente los vivimos al reencontrarnos
alguna vez. Éramos niños que entre flores, versos y canciones dedicadas vivimos
nuestro first love…
jueves, 6 de noviembre de 2014
miércoles, 16 de abril de 2014
Otros tiempos…
In memoriam Alvaro Jiménez Ondarza
Eran tiempos de jugártela por el tristerman -el aurora seguía en segunda-, del silpancho, del pique a lo macho -aunque igual era una delicia si era hembra-, del tranca pecho en madrugada cuando ya habias gastado tus últimos pesos en algo más barato que la cerveza pero con más grados del néctar etílico, de las fiestas en los departamentos -de los brasileros eran el cielo-, en la cabaña san simón -las derecho y contabilidad eras de las mejores-, en la planchitas originales, en el filmaxin, en el metrópolis, en los molles y antros peores del camino a quillacollo, tiempos de jade, H30, octavia, sombras, grupo 1, los tigres, amaru, kjarkas siempre y tantos otros grupos que alimentan la movida cochala por esos dias, del singani sazonado con versos prohibidos y musas encandiladas con crepúsculo.
Eran tiempos de buenos amigos, de esos que tenían esa magia de ser respetado y querido por el profesor, el residente, el interno, el alumno y cuanta chica guapa había alrededor, de saber estudiar durísimo, nunca reprobar y pasarla bien el fin de semana, de recomendarte el libro, la fotocopia indicada para el examen o alentarte cuando no aprobabas el mismo, de leer apasionadamente farreras, robbins lo mismo que benedetti o sáenz, de escribir fríamente las complicadas historias clínicas, como calenturientos versos o relatos nocturnos festejados gozosamente por todos. Eran tiempos de Alvarito Jiménez Ondarza uno de los más grandes amigo/poeta/colega ídolo total de la promoción 2003, esos tiempos que quedaran guardados en el corazón de todos tus amigo/as hasta volvernos a encontrar, para vivirlos y festejarlos otra vez… Hasta siempre compadre¡¡¡
Luis Guerra Montero
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