Hace como 5 años llego a mis manos “El llanto en las tinieblas”, una novela atrapante, perversa desde la primera pagina tanto por la trama como por el lenguaje colonial que usaba el autor, no pude dejar de leerla compulsivamente hasta acabarla en menos de 3 dias (madrugadas incluidas) eran mis tiempos mas jovenes de uno por uno -un tema de gastroenterologia, una novela- quien podria no conmoverse con la historia de Balmes y su amada Ligia Maria, un musico y una meretriz con tantas cicatrices en el rostro como en el alma, que no hacian otra cosa que con un poco de amor curarse el uno al otro, en el Callao convulsionado del siglo XVI. Quede tan encandilado con la novela que cuando estaba de visita por Huancayo fui a la catedra de comunicación social de la UNCP a conocer a su autor.
Sandro Bossio me recibio cortesmente y con la humildad que lo caracteriza me firmo su libro, luego me invito a compartir un café y charlar sobre lo que mas nos gusta en esta vida y estoy seguro en la otra tambien: “literatura”. Me comento que en sus primeros viajes a España conocio a Roncangliolo otro de los autores que sigo desde aquellos años, que Isabel Allende no es tan soberbia como me parecia que no se hizo problema para darle una entrevista espontanea. De mi parte le confese que antes de leer su novela estaba extasiado con dos autores latinoamericanos Onetti y Saenz tanto por el cigarro o alcohol como por la trama delisiosamente oscura de sus libros y que gracias a “El llanto…” habia vuelto a leer una historia romantica como en mi adolescencia, perversidad incluida.
Cuando le pregunte sobre si estaba escribiendo otro libro me dijo que estaba trabajando en una novela de medicos, repuse que la medicina es aburridisima fuera de un hospital pero Sandro tan correcto como es, replico que se trataba de medicos de la epoca colonial, que cuando lea la novela le cuente mi opinion, en fin el café fue muy agradable conoci un escritor que emanaba a la vez humildad y erudicion como los grandes. Otra vez estuve de visita por el Huancayo esta vez sin el animo de leer nada y en una de las poquisimas charlas que tuve con mi amigo Walter –oh casualidad medico- lo acompañe a comprar un libro para su hija y me tope con la ultima novela de Sandro “ La fauna de la noche” no pude hacer otra cosa que comprarla y de solo leer la contratapa me di cuenta que se trataba de aquella novela que hacia 5 años atras me enteraba que existia.
La fauna de la noche es una novela policial, una novela de amor en el sentido mas extenso de esta palabra, amor hacia una mujer, un hombre, a tu profesion, a tus pasiones ocultas, a tus vicios y a cosillas aun peores. Eduardo Escalente refleja hasta donde puede llegar cualquier estudiante del interior del pais para mantenerse en la universidad y cumplir su sueño profesional, Gustavo Lira representa la pasion por el periodismo con sus formas buenas y malas de conseguir la primicia, su relacion con las noticias, sus protagistas ya sean inocentes o culpables y la desventura de sus conflictos personales. Los dos –el estudiante y el periodista- nos llevan a travez de distintas epocas a seguir la pista de los responsables de un asesinato, encontrandonos con pequeñas historias tan disimiles como emotivas en ese camino, destaco a mi gusto la historia del medico Calatastro esa pasion que si no se, si todos pero si muchos hemos tenido por lo que hacemos perdiendote aveces en la una nube de la perfeccion olvidando la tierra con tus seres queridos, me quede con tantas ganas de que este personaje sea el protagonista de una historia sola, que esperemos el buen Sandro lo haga algun dia.
Al leer la novela es inevitable no cuestionarse sobre nuestra sociedad actual sus males, sus dogmas, sus remedios caseros y otras locuras paliativas al enfrentarse a la crisis existente, la doble vida que puede llevar una persona a la luz del dia como a la sombra de la noche, al empezar la novela cualquiera cuesionaria las actitudes de los protagonistas pero al terminarla se siente, aveces sin quererlo un inmenso respeto por la condicion humana cualquiera sea su credo –si en algo se cree o vive intensamente-. Estimado Sandro confieso que le quitaste el tedio acostumbrado a los viajes aereos como a varios dias de mis guardias de emergencia y no me queda otra que agradecerte y estar a la espera, porfavor¡¡¡ de tus otras novelas.
Montevideo noviembre 2011