Por Luis
Guerra Montero
“El esfuerzo por conocer la historia es lo
que define
esencialmente a la criatura humana”
Aristóteles
El termino Hemorroides viene del griego haema (sangre) y rhoos (flujo) su historia data desde tiempos muy remotos, prácticamente con la aparición del hombre sobre la faz de la tierra. Las hemorroides, prolapsos, fístulas y abscesos anales, han afectado en diferentes épocas de la historia, a reyes, gobernantes, líderes y gente común, el hombre estuvo a merced de ellas hasta que se desarrollaron las terapéuticas actuales.
MUNDO ANTIGUO
Los primeros registros que nombran a las hemorroides se remontan hacia el año 2200 antes de cristo y proceden del Código de Hammurabi (Rey de Babilonia), donde se fijan los honorarios de los Proctólogos (1) lo que "nos hace pensar que estos ya eran muy importantes en esa época y la enfermedad preocupaba de sobremanera a los habitantes de aquel entonces".
Luego en papiros de Egipto de 1500 antes de cristo a las hemorroides se las identifican como una protrusión rectal y según Herodoto en esta cultura la médica estaba muy adelantada a tal punto que cada médico estaba especializado en tratar una sola enfermedad por lo cual existían médicos que trataban solo hemorroides algunos de los cuales usaban el pomposo título de «Oculista y guardián del ano del faraón» (2)
En Grecia durante su “época de oro” 500-350 antes de cristo las hemorroides eran consideradas un castigo de los dioses, Hipócrates en su obra Corpus hipocráticus mencionaba “Estas venas al calentarse, atraen la sangre de las venas cercanas e ingurgitándose por dentro del intestino se inflaman exteriormente, con cabezas salientes que son raspadas al salir por las heces, lesionándose y arrojando sangre a chorros…” (3) Galeano en el año 131 antes de cristo en su libro de Las Epidemias nos dice que «Las hemorroides, lo mismo que las varices, disipan los sufrimientos de la gota y los dolores de las articulaciones» (2)
En los Evangelios es conocido el episodio de la mujer «hemorroisa» que curó Jesucristo y en el libro de Samuel aparecen referencias concretas acerca de las hemorroides, consideradas como una consecuencia de la ira de Dios contra los Filisteos por haber robado el Arca de la Alianza tras su victoria contra los judíos (2)
Cabe resaltar que en estos tiempos las hemorroides se trataban con hierros candentes, dice Hipócrates “Yo recomiendo preparar siete u ocho pedazos de hierro, tamaño de una brasa y una espina hueca gruesa que en un extremo tiene un gancho y en el otro un pequeño recipiente oval, el día anterior al procedimiento purgar al enfermo con medicamento y el día de la operación colocar al enfermo sobre su espalda sobre una almohada en su cadera, luego con los dedos exteriorizar hasta el ano tanto como sea posible las hemorroides aplicar el cauterio hasta secarlas sin omitir ninguna, luego aplicar una cataplasma de lentejas y brea finamente trituradas y hervidas por cinco o seis días, al séptimo día colocar una gasa humedecida con miel en el ano tan profundo como sea posible y dejarla dentro…” (3)
EPOCA MEDIEVAL
Aetius de Armida (502-575) en su obra “Tetrabiblon” destaca las primeras operaciones para hemorroides de Oribasius realizadas con espejos cilíndricos cónicos y valvulas de varias valvas. Paulus de Aegina (625- 690), “padre de la medicina islámica” en sus “Siete libros de medicina”, perfecciono las ideas y técnicas de Galeno e incorporó otras griegas, sirias y árabes para el tratamiento de las hemorroides. En los años venideros 800, 900 despues de cristo los textos de cirugía proctológica más importantes halladas en la biblioteca de Carlomagno se limitaban a copias de fragmentos de “Curandis Morbis” de Serenus Sammonicus, partes del Corpus Hipocraticus de Hipócrates y obras de Celsius, Galeno, Soranus, Aetius y Paulus de Aegina (3)
A inicios del año 1000 las operaciones para hemorroides fueron difundidas en Salerno por el monje Constantine Africanus (1020-1087), dando inicio así a la creación de las primeras escuelas de medicina moderna, luego se crearían la escuela de Boloña (1119), de París (1150) y la de Oxford (1170) en todas ellas se practicaban las técnicas quirúrgicas mejoradas de Hipocrates , Galeano, Celsius y Dioscorides (4)
Más adelante los progresos en los procedimientos quirúrgicos, fueron llevados a cabo por los médicos europeos llamados “los cirujanos principales”, tales como Lanfrank de Milano (1250–1306), Guy de Chauliac (1300-1368), Enrique de Mondeville (1260-1320) y Jhon de Ardene (1307-1370) quienes ampliaron y refinaron los procedimientos quirúrgicos para la hemorroides existentes hasta ese momento. (5)
Aunque por esas años se publicaron los primeros textos que se referían al tema como la “Chirurgia Magna”, (París 1296), “Chirurgia” (Paris 1363), que fue el texto de imprescindible consulta durante tres siglos, con 34 ediciones en manuscrito y 70 impresas a partir de 1478 (3) el progreso de la ciencia y de la cirugía proctológica se atascó por cerca de 350 años donde se remplazó el termino de hemorroides por el de «emorides», «amouranes», «amourrances», «amereaudes», etc. y estos términos se refieren más al conjunto de afecciones anales que al propio proceso hemorroidal en sí. (2)
En esta misma época San Fiacro (Fiacre en francés, Fiachra en celta), patrón de los jardineros, se convierte en el patrón de los enfermos de hemorroides, y esta enfermedad es llamada «el mal de San Fiacro». La leyenda cuenta que san Fiacro en su celo para obtener la máxima cantidad de tierra cultivable trabajaba durante todo el día lo cual a la larga le produjo un caso de prolapso hemorroidal, el mismo creyendo que su fe lo podía curar se sentó en una gran piedra y pidió a Dios para un alivio milagroso y al cabo de una horas se dio con la sorpresa que su problema había sido curado aunque la imagen de sus hemorroides quedo grabada en aquella piedra ¡hasta el día de hoy muchas enfermos de todo el mundo continúan sentándose en esa piedra legendaria con la esperanza de conseguir alivio a sus molestias¡ (6)
También se dice que Enrique V de Inglaterra (1413-1422) murió en Vincennes de la enfermedad de San Fiacro ya que no quería operarse y se limitaba solo hacer plegarias al santo para su pronta curación sin embargo el milagro nunca se le realizo. En aquel entonces los métodos operatorios se basaban en la técnica de Aecio de Constantinopla («exteriorización de las hemorroides con un gancho y sección de las mismas con un cuchillo de ancha lámina») y el de aplastarlas y cauterizarlas con unas pinzas de hierro al rojo vivo. No es de extrañar, pues que Enrique V prefiriese rogarle al Santo antes de someterse a tan dolorosa operación. (2)
RENACIMIENTO Y SIGLO XVIII
En el Renacimiento la cultura médica no podía estacionarse frente al desarrollo científico que caracterizó dicha época de entre todos los médicos que contribuyeron al mejor conocimiento de la patología hemorroidal destaco Ambrosio Paré (1510-1592) que desterró el aforismo hipocrático de que «las enfermedades no curables por el hierro se curan por el fuego». Andres Vesalio (1514- 1564) que legó una detallada información de la anatomía del recto y del colon, con unos grabados en madera que se conservan hasta la actualidad. (7)
Giovanni Batista Morgagni (1682-1771) que además de las hemorroides describió las otras principales patologías anorrectales. Jerome Fabrice D'Acquapendente (1537-1619) considerado por algunos autores el más grande proctólogo del Renacimiento; escribió “Opera Chirurgica”, en donde informa de nuevos métodos para el tratamiento de las hemorroides con instrumentos quirurgicos modificados por el mismo. Jean Louis Petit (1674-1750) que en su “Traité des maladies chirugicales et des operations” indico que la cirugía de hemorroides llamada “incisional sola” causa mayor dolor por la sensibilidad de la piel del ano y tiene mayor posibilidad de hemorragias fatales (7)
Lorenz Heister (1683- 1758) fue el primero en describir un procedimiento detallado para la ligadura refería que “Se debe atar los hemorroides de la sangría con una aguja e hilo, luego se deben cortar las piezas que se dilaten más allá de la ligadura, teniendo cuidado en dejar las venas más pequeñas pues podían abrirse por largo tiempo…”. Aunque inicialmente hubo una reticencia respecto a este nuevo tratamiento puesto que se creía que podía producir más dolor y gangrena con los años se demostró que las ligaduras solo causaban molestias inespecíficas y una leve inflamación dado que la mucosa rectal no tenía la sensibilidad de la piel anal (8)
En este periodo es interesante mencionar la importancia histórica de la enfermedad hemorroidal de Napoleón Bonaparte (1769- 1821). Se dice que el Emperador en la mañana de la batalla de Waterloo tenía un intenso dolor anal razón por la cual no pudo montar a caballo hasta después de las 10, una hora inhabitual en el y demasiado tarde para dirigir personalmente y enderezar el curso de la batalla que la estaba perdiendo que a la postre fue el final de su imperio y el inicio de una nueva etapa en toda Europa. (2)(3)
Otros famosos enfermos fueron Lutero, que escribió sobre sus hemorroides; Don Juan de Austria, el vencedor de Lepante, murió en Namur a consecuencia de una hemorragia rectal, cuatro horas después de haber sido operado de hemorroides. El zar de Rusia Pedro III parece que murió también víctima de una «fuerte crisis hemorroidal»
EL HOSPITAL ST. MARK'S
Pero no fue sino hasta el Siglo XIX donde se empieza a tener conocimientos más profundos de la patología hemorroidal así como de nuevas técnicas quirúrgicas y esclerosantes impuestas principalmente por Frederick Salmon (1796-1898) pionero de la cirugía anorrectal de ese siglo que fundo el “St. Mark’s Hospital for Fístula and other Diseases of the Rectum» en Londres en el año 1835 para «los pobres que sufrían hemorroides, fístulas y otras enfermedades del recto», al principio era una pequeña habitación en Aldergate Street numero 11, y allí estuvo durante tres años, luego se trasladó a la 38 de Charterhouse Square. En Aldergate había 7 camas, y el primer año ya hubo 131 enfermos internados, en Charterhouse dispuso de 14 camas, y allí estuvo 13 años hasta que se trasladó a City Road, en donde sigue hasta el día de hoy. (2)(9)
Esta institución demuestra lo que puede hacer la fe y la constancia de un hombre, porque Salmón tuvo que soportar muchas oposiciones y críticas, y trabajó sólo durante unos veinte años. Cuando se retiró, en 1859, se dijo de él no sólo que era un hard worker, sino también un lucky surgeons, pues tenía en su haber 3 500 operaciones sin un solo resultado fatal. Claro que hay que suponer que muchas de estas operaciones serían menos graves que las actuales. El Hospital lo fundó a los 39 años y se retiró a los 63. Murió a los 72 años. Escribió asimismo “Practical Treatise on Stricture of the Rectum” un clásico para todos los que nos interesa la proctologia. (2)(9)
SIGLO XX
La evolución terapéutica y quirúrgica del siglo XX evidencia grandes progresos; destacandose entre ellos, la tecnica de Milligan y C Naughton Morgan en 1935 llamada “Open Hemorrhoidectomy” consiste en el corte de piel perianal, disección del plexo hemorroidal de los músculos anales y ligadura de las hemorroides, que es la más usada en el Reino Unido y en Europa. En 1959 D. Ferguson y J. Heaton, en los Estados Unidos aportaron una modificación a la técnica de Milligan-Morgan en la que las incisiones son cerradas parcial o totalmente. “Close hemorrhoidectomy” muy popular en los Estados Unidos (3)
En 1998 Longo describio la “Hemorroidectomia con grapas” atravez de un instrumento que lleva su nombre que consiste básicamente en corte y “grapado” circular transanal de la mucosa anorrectal sobrante mediante un instrumento. Sin embargo hoy en día las alternativas medicas no quirúrgicas son las que cuentan mayor popularidad tanto por su altísima efectividad, menor efectos adversos –dolor- y menor costo, entre ellas tenemos “Ligadura con bandas elásticas” de Barron (1963), “Fotocoagulación infrarroja”, de Leicester RJ, Nicholls RJ (1981), y “Escleroterapia y coagulación bicap” de Barwell J, Watkins RM (1999) (3) (10)
Actualmente la mayoría de estas técnicas son usadas, decidiéndose su elección en conjunto con el paciente dependiendo en gran medida del grado de afectación y de las complicaciones que pudieran presentar posteriormente
Una anécdota reciente sobre las hemorroides la protagonizo el beibolista George Brett, que en 1980 se perdió un juego de la serie mundial por el intenso dolor que le causaba una hemorroides externa trombosada al finalizar el siguiente juego donde no tuvo un buen partido escucho los cuestionamientos de los periodistas deportivos sobre su estado físico a lo cual respondió con uno frase que lo inmortalizo y quedo grabado en el salón de la fama del besibol “you guys are perfect assholes, my troubles are all behind me” (ustedes son idiotas perfectos , mis problemas son todos detrás de mí)
BIBLIOGRAFIA
(1 ) Karchmer S. Códigos y juramentos en medicina Acta Médica Grupo Ángeles 2012:10;4.
(2) Fernández Albor G. Historia suscinta de la proctología http://files.sld.cu/coloproctologia/files/2009/11/historia_de_la_proctologia.pdf
(3) Manzanilla Sevilla M. Historia de las hemorroides y su tratamiento quirúrgico Revista Mexicana de Coloproctología 2005;11(1):4-7
(4) Tamayo De Serrano C. El aporte cultural y educativo de la Baja Edad Media. educ.educ. 2007:10;2:197-213
(5) Gómez OL. López JE. “Historia de la cirugía en la época pre-Razetti” Colección Razetti 2005: I; 211-343
(6) Ganz R. The Evaluation and Treatment of Hemorrhoids: A Guide for the Gastroenterologist Clinical Gastroenterology and Hepatology 2013;11:593–603
(7) Garrison FH. Introduccion a la historia de la medicina 3ra ed revisada y ampliada, WB Saunders Company Philadelphia: 1921
(8) Martinez Mier G. Reyes Devesa H. McBurney: the incision, the point, and the surgeon Cir Gen 2007; 29:70-75
(9) Dukes CE. Frederick Salmon: Founder of St. Mark's Hospital, London Med Hist. 1959; 3 (4): 312-316.
(10) Fernandez Albor G. Historia suscinta de la proctologia en Lentini J Temas de Proctologia 1 ed Fontalba Barcelona 1982 : 25-31